Fecha: 21/04/2025
Los plásticos se utilizan habitualmente en electrónica, textiles y productos de un solo uso. Alrededor del 85% de las botellas, envases y embalajes de plástico de un solo uso acaban en los vertederos o son mal gestionados. Dado que el plástico no se biodegrada, contribuye a importantes impactos sobre la salud, ya que los micro-plásticos se infiltran en los alimentos y las fuentes de agua.
Además de eliminar progresivamente los plásticos de un solo uso y mejorar la gestión de los residuos, el establecimiento de un sistema mundial de vigilancia y notificación puede ayudar a acabar con la contaminación por plásticos.
Las sustancias químicas están muy presentes en la vida cotidiana: los aparatos electrónicos pueden contener mercurio, los cosméticos plomo y los productos de limpieza contaminantes orgánicos persistentes. Los residuos químicos y peligrosos requieren un tratamiento y eliminación especializados, pero algunos gobiernos no cumplen las normas establecidas en los convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo (BRS). Los productos químicos y residuos peligrosos cruzan las fronteras sin autorización o incluso ilegalmente.
Los gobiernos pueden comprometerse con acuerdos multilaterales sobre medio ambiente (AMMA), como los convenios BRS, que institucionalizan la cooperación intergubernamental e intersectorial mediante objetivos y planes de acción vinculantes.
Los ciudadanos pueden informarse sobre las sustancias y los tipos de residuos restringidos o prohibidos por los AMMA y exigir a los gobiernos y las industrias que los retiren del mercado mundial.
Se prevé que en 2050 el 68% de la población mundial vivirá en ciudades. Invertir en edificios energéticamente eficientes conduce a reducciones a largo plazo en la construcción y demolición, que generan cantidades significativas de residuos y representan el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La iniciativa Waste Wise Cities y la Plataforma Africana de Ciudades Limpias de la ONU-Hábitat proporcionan datos y seguimiento, conocimientos, promoción y desarrollo de proyectos financiables para que las ciudades avancen hacia la eliminación total de residuos. Muchos alcaldes, como Josefina Belmonte, Campeona de la Tierra de las Naciones Unidas en 2023, de Quezon City (Filipinas), están liderando iniciativas para acabar con los residuos, incluidos los de alimentos y plásticos.
En todo el mundo, alrededor del 25% de los residuos no se recoge, mientras que el 39% no se gestiona en instalaciones controladas. La gestión mundial de residuos supone un coste neto total de 361.000 millones de dólares anuales. Si se pone fin a la eliminación incontrolada, se reduce la generación de residuos y se aumenta el reciclaje, los gobiernos pueden generar una ganancia neta anual de 108.100 millones de dólares de aquí a 2050.
FUENTE: www.unep.org