Fecha: 21/05/2025
Los microplásticos, esos fragmentos diminutos de plástico de menos de 5 milímetros se han convertido en una realidad omnipresente en nuestro planeta, desde las cumbres del Everest hasta las profundidades oceánicas. Lo más alarmante es que ya se han infiltrado en nuestros propios cuerpos, siendo ingeridos y respirados a diario.
¿Por qué preocuparse? El impacto en nuestra salud
Estos invasores microscópicos entran en nosotros principalmente a través de la ingestión (agua embotellada, mariscos, sal, frutas y verduras) y la inhalación (presentes en el aire interior y exterior). Se estima que una persona podría ingerir el equivalente a una tarjeta de crédito (5 gramos) de microplásticos a la semana.
Aunque la investigación aún es "limitada" e "insuficiente" para conclusiones definitivas, los estudios preliminares son preocupantes. Se han detectado microplásticos en pulmones, hígado, riñones, sangre y, de manera alarmante, en la placenta humana. Los posibles efectos incluyen inflamación, daño celular, alteración hormonal (por químicos como BPA y ftalatos), un posible aumento del riesgo de cáncer, impacto en la fertilidad y envejecimiento acelerado. Un estudio reciente incluso ha correlacionado su presencia en vasos sanguíneos con un mayor riesgo de ataque cardíaco. La Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque cautelosa, insta a una investigación más profunda y a tomar medidas preventivas.
Acciones personales: minimiza tu exposición
Dado que la exposición es casi inevitable, el objetivo es minimizarla:
Soluciones colectivas: un futuro sin plásticos
La magnitud del problema exige un esfuerzo global. La ONU está negociando un Tratado Global sobre Plásticos, que se espera esté listo para finales de 2024, y que abordará todo el ciclo de vida del plástico.1
Los gobiernos están implementando políticas como la prohibición de plásticos de un solo uso (bolsas, microperlas) y la Responsabilidad Extendida del Productor (EPR), que hace a los fabricantes responsables del ciclo de vida de sus productos.1 India, por ejemplo, ya utiliza plástico reciclado en la construcción de carreteras.1
En el ámbito tecnológico, se están desarrollando soluciones innovadoras como los ferrofluidos (con una eficiencia del 88% en la limpieza del agua), bacterias capaces de metabolizar plásticos, y filtros de nanocelulosa que podrían integrarse en lavadoras. Es fundamental, sin embargo, evitar "soluciones falsas" promovidas por la industria, como el reciclaje químico o la incineración, que pueden agravar el problema.
Un llamado a la acción consciente
La presencia de microplásticos es una amenaza real. La solución requiere un compromiso integral: nuestras acciones individuales conscientes, sumadas a políticas gubernamentales ambiciosas, la inversión en innovación tecnológica y una sólida colaboración global. Transformemos la preocupación en acción para construir un futuro más saludable y sostenible.
FUENTES: