Fecha: 23/04/2025
Diseñado para ofrecer un balance global de la salud del planeta, el informe sobre el Estado de la Naturaleza y el Clima fue lanzado por el Foro Económico Mundial, el Instituto Potsdam de Investigación del Impacto Climático (PIK) y el CDP.
Este tipo de comprobación de datos planetarios ha sido históricamente algo que los científicos han considerado cada seis u ocho años. El rápido declive de la resistencia del planeta a las presiones medioambientales ha impulsado un cambio hacia la vigilancia continua, facilitado por el lanzamiento en 2024 del Chequeo de la Salud Planetaria actualizado anualmente.
Los efectos del deterioro de la salud planetaria
Johan Rockström, director del PIK, presentó en Davos 2025 los últimos descubrimientos, que apuntan a un declive irreversible del planeta. Pero aún queda un pequeño margen de tiempo para revertir la situación, afirma. Si lo hacemos, es probable que la situación pueda salvarse, y el planeta podría restablecerse.
Con unas previsiones que apuntan a un descenso del 18% del PIB mundial de aquí a 2050 debido al aumento de los problemas relacionados con el medio ambiente (por ejemplo, el coste de los fenómenos meteorológicos extremos, la reducción de la productividad como consecuencia de la escalada de las temperaturas y el aumento de los costes en sectores como la sanidad y los seguros), la salud del planeta es un asunto que nos concierne a todos.
Y teniendo en cuenta que más del 60% del PIB mundial procede del sector privado, cifra que se eleva al 80% en EE. UU., el vínculo entre lo que hacen las empresas y cómo le va al medio ambiente no puede ser más claro.
Preocupación constante por los puntos de inflexión planetarios
Gracias al trabajo de Rockström y otros científicos colaboradores, el concepto de puntos de inflexión del sistema Tierra es hoy bien conocido. Lo que resulta cada vez más evidente es la relación entre estos puntos de inflexión y la salud económica. Rockström demostró que los últimos 10 años han puesto de manifiesto la vacilante capacidad del planeta para restablecerse. Seis de los nueve puntos de inflexión planetarios ya operan fuera de los límites de seguridad, y las investigaciones revelan que su estado -así como el del punto de inflexión «más seguro» relacionado con la acidificación de los océanos- se está deteriorando.
La iniciativa se basa en la idea de situar los datos más recientes sobre la salud planetaria junto a los datos sobre la actuación de las empresas. Sherry Madera, Consejera Delegada de CDP, que hizo la presentación junto a Rockström, sugirió que «los objetivos son cosa del pasado», y en su lugar argumentó que es necesario centrarse en los datos sobre las transiciones, pidiendo a las empresas que destaquen cómo van a cumplir sus objetivos. Esto sugiere la necesidad de, como dijo Madera, «llevar el planeta a la sala de juntas», subrayando la necesidad de seguir y rastrear, y crear indicadores clave de rendimiento que lleguen hasta las más altas esferas de la empresa.
Lo que los datos revelan sobre la acción Empresarial
Queda mucho trabajo por hacer. El análisis revela que sólo el 10% de las empresas demuestran una actuación tangible para hacer frente a las emergencias climáticas, y sólo el 1% se sitúa en el nivel de evaluación más alto. Y, sin embargo, los análisis de esas empresas representan el 67% de la capitalización bursátil mundial. Está claro que la actividad por su parte para hacer frente al cambio climático puede tener un efecto espectacular.
Para ello, la iniciativa ha identificado cuatro palancas que, en particular, deben actuarse simultáneamente para tener el efecto deseado. Éstas son:
Las empresas están actuando, pero no lo suficientemente rápido. La iniciativa ha evaluado los progresos realizados hasta la fecha, dividiendo los datos en cinco áreas: divulgación, fijación de objetivos, gobernanza, estrategia y progreso. El ámbito en el que más se está avanzando es el de la divulgación, con un 93% de las empresas que declaran al menos las emisiones de Alcance 1 y 2 (aunque hay lagunas en el Alcance 3). Las cifras son igualmente elevadas en lo que respecta a la supervisión de las cuestiones climáticas por parte de los consejos de administración, mientras que poco más de una cuarta parte de las empresas evaluadas han establecido un precio interno del carbono. Lo que se desprende de los datos es la necesidad de estrategias más cohesionadas. En cuanto se consideran otros aspectos de la divulgación, como los relacionados con la naturaleza, las cifras descienden drásticamente.
Desajuste entre los riesgos medioambientales y los planes empresariales
Quizá el problema más importante de los puntos de inflexión es que el efecto de su deterioro no golpea a las economías de la noche a la mañana. Como destacó Rockström, son variables lentas. Pero la previsión está ahí, al igual que los primeros signos medioambientales de su mala salud en forma de fenómenos meteorológicos extremos.
Al poner los datos científicos más actualizados junto a los datos sobre las empresas, la ciencia puede utilizarse para informar mejor sus actividades y políticas medioambientales, desde donde los riesgos pueden alinearse con más criterio. De este modo, podemos dejar atrás la situación actual, en la que los riesgos de deterioro de la salud planetaria aumentan rápidamente, pero las medidas para mitigarlos son muy insuficientes.
Pero para Rockström no se trata simplemente de «cuestiones económicas; yo las llamaría cuestiones estratégicas para nuestra supervivencia como humanos en la Tierra».
FUENTE: Worl Economic Forum